martes, abril 27, 2010

Durmiendo con el enemigo

Cuenta una nota de la consultora que siempre cita Yeyati que la semana pasada hubo una reunión de ministros del G20. Cuenta también que entre los variados temas bajo debate, un informe del FMI se destacó por presentar dos propuestas novedosas.

La primer propuesta del FMI es un impuesto a los pasivos bancarios para armar un fondo de contingencia. La segunda es más sopresiva. Para evitar recomendar una Tasa Tobin, el Fondo Monetario Internacional (repito, el Fondo Monetario Internacional) recomienda un impuesto a la actividad financiera basado no en los montos transados sino en las ganancias de los participantes del sistema. El impuesto propuesto implicaria, por ejemplo, una reducción del 20% en los beneficios del sector bancario europeo.

El sistema financiero, afirman, podría haberse sobreexpandido como resultado de la exención al IVA de la que suele ser beneficiario. El Fondo, ducho como es en discursos antidistorciones, propone este nuevo impuesto como medio de corregir el gigantismo financiero. 

¿Qué me contursi?

viernes, abril 23, 2010

¿Ahora le creemos al INDEC?

Recorriendo la blogosfera veo ecos de una chicana sobre lo que creo vale hacer algunas aclaraciones.

"¿Ahora le creemos al INDEC?" se pregunta, entre otros, el amigo de la casa Gerardo Fernandez, trás ver como múltiples medios daban por cierto el dato del Instituto de Estadisticas respecto al fuerte crecimiento de las importaciones y consecuente reducción del balance comercial.

La respuesta es "Si, en esta le creemos"

La razón es simple. Los datos de comercio exterior (como los fiscales y los financieros y monetarias) son rubros en los cuales el gobierno no dibujó. Y la explicación es, basicamente, que dibujar esos números implica un esfuerzo muy superior al hecho hasta ahora. Tras cada uno de esos números hay guita, hay un recibo que lo convalida y sistemas de control cruzado bastante elaborados para evitar que esa guita desaparezca. El Banco Central tuvo que liberar la plata para quien exportó o importó. Si ese número no coincide con el que muestra la Aduana y AFIP ¿la diferencia donde está?

Los datos fiscales, los de comercio exterior y los monetarios y financieros nunca fueron datos puestos en duda, ni cuando fueron superavitarios ni si eventualmente se convierten en deficit. En algunos casos puede maquillarse la forma de presentación, pero los datos de base siguen estando ahi.

No pasa lo mismo con los datos que se obtienen a partir de encuestas o estimaciones, como el Indice de Precios, lo que surge de la encuesta de hogares (pobreza, salarios en negro, distribucion del ignreso, desempleo, etc) o las cuentas nacionales (produccion, consumo, inversiòn y hasta el porcentaje del ingreso distribuido entre asalarioados y no asalariados, etc).

Asi que si, a esta le creemos.

Atte

Ele

Comentarios Finales

Voy cerrando esta semana con dos breves comentarios exploratorios sobre este post, teniendo presente que a esta alturar capturar en un post todo lo generado por la BEA al respecto se torna imposible.

Primero, yo hubiese cuestionado un aspecto del post anterior, o al menos, parte de sus conclusiones (¿donde estas los liberales formados cuando uno los necesita?). Si bien algo se dijo de forma tangencial, quizás el punto que más ruido me hace a mi es el siguiente: hicimos un par de correlaciones bivariadas (en principio, nada muy grave en eso) pero de allí saltamos a conclusiones que asumían causalidad, punto que nadie critico de forma explícita.

Dicho de otro modo, vimos que no había correlación entre inflación y crecimiento anual del PIB y cuestionamos la visión de que la inflación cause mayor crecimiento. Si bien eso lo podemos sostener, también se admite la causalidad opuesta de que el crecimiento del producto no causa inflación, ya que había países con crecimiento promedio superior al 6% anual en la demanda efectiva sin que eso genere una tensión evidente sobre el nivel de precios*.

Segundo, off-the-record, un amigo nos comenta que la particularidad del caso argento sería que no sólo creció de forma acelerada en esos seis años (en promedio), sino que también fue de los países que más empleo genero trasladando las tensiones del mercado de trabajo a los precios. Para analizar este punto, armamos una base con las tasas de desempleo para 76 países** y observamos cual fue la variación promedio por año (en puntos porcentuales) de este indicador:
Argentina es para toda esta muestra, el país de mayor caída en la tasa de desempleo, promediando casi 2 p.p. menos por año. Era en 2003, el país que figuraba primero en nuestro ranking, cayendo al puesto 32 en 2009. Por supuesto, en el otro extremo los países más afectados por la crisis internacional: Irlanda, España, USA, etc.

Ahora bien, si esta es la particularidad del caso argentino, no sería más que un nuevo caso de la curva de phillips, donde las tensiones de un mercado laboral más estrecho se traducen vía pujas salario-rentabilidad en mayor inflación salarial y de precios. Nuevamente, la inspección visual (nunca claro, la estadística) muestra algo así a nivel global:
Pero claro, la tan mentada curva tiene tantos problemas que no vamos a discutir hoy acá. Además, esto nos lleva nuevamente al mundo de Rollo donde la inflación responde al problema de los trabajadores argenchinos de 2003. La pregunta relevante sería quizás, si con un TCN más bajo se hubiese creado la misma cantidad de empleo (cosa que entiendo Lucas respondería afirmativamente) y si en ese caso, las tensiones salarios-retabilidad se habría evitado, o dicho en otro términos ¿bajar la tasa de desempleo desde donde estaba en 2003 a los niveles de 2009, no implica para cualquier política cambiaria o de otro tipo generar la inercia observada? ó más precisamente, la pregunta anterior, ¿no es particularmente valida para Argentina?.

Sea como sea, esta salida a la ""evidencia internacional"" nos deja nuevamente donde empezamos. No somos tan distintos, pero tampoco todo es igual. En el camino, creo, vamos viendo que las explicaciones unicausales de la inflación solo captan una parte tangencial del fenómeno. Quizás, lo más relevante más allá de esto, es como estabilizar sin tirar al bebé con el agua. Cerremos con una cita del Gran Daniel que alguien dejo por ahí:

“Inflation is the observable outcome of a complex process of political and economic interaction in society. In such a context, ‘cause-and-effect’ language easily becomes misleading."

Saludos y buen finde.

Genérico.

* Alguno podrá decir aquí que lo relevante no es la variación año a año del PIB sino su brecha respecto del potencial. Convegamos que a no ser que sea China (cantidad de factores) o Singapur (productividad del trabajo) es díficil que el potencial crezca por arriba del 5% anual, lo que hace que para la mayor parte de los países, la brecha debe haberse cerrado... como en argentina.

** Armar la base de datos llevo tiempo y se hizo a mano. No hay casi nada de data de muchos países, por lo que si alguien tiene algo mejor, que avise.

jueves, abril 22, 2010

La gente va llegando al baile

Tangencialmente, Cavallo se suma al debate que se está dando en la BEA.

"En aquella época, [antes de los noventa] como está volviendo a ocurrir ahora, quienes trataban de explicar la inflación pasaban por alto una premisa fundamental: la inflación es un fenómeno monetario y tiene que ver con los defectos de las instituciones monetarias de la economía."

Algo de razón tiene. Metimos como 6 o 7 post y casi no está la palabra "dinero" (y eso que MV = PY es, ex-post, una identidad contable!)

lunes, abril 19, 2010

No tan distintos

Al final todo este debate parece que se fue de madre… Rollo insiste en que el TCR converge a su equilibrio de productividades relativas por las buenas (apreciación) o por las malas (inflación) y que el bendito mecanismo es la insostenibilidad de los trabajadores argenchinos.

Elemaco mete cuña descreyendo de cualquier efecto expansivo del TCR y menos aún de su impacto sobre el desarrollo. Pero nos dice más ya que si se acepta el esquema Rollo, entonces, tiene que ser cierto que debe existir alguna política fiscal que contrapese el efecto expansivo del TCR, aunque en este punto confundió a Dios y María Santisima.

El Profesor tira para todos lados ya que nada de lo dicho parece gustarle (¿?). En cualquier caso, abogado real del frenkelismo en la BEA nos dice que: a) el TCR es expansivo, b) que si existe algo llamado “learning-by-doing” varios años de crecimiento nos dejan mucho “doing” por lo que algún “learning” debería quedar, c) que ese “doing” se centraría en los sectores que más pueden hacer crecer la productividad de mediano plazo (transables), d) que habría sido posible acompañar el trayecto de expansión y aprendizaje con otra política fiscal que modere el aumento de precios y por lo tanto, haga una convergencia al TCR de “equilibrio” de una forma más virtuosa.

El del 0,33% de Finanzas Públicas mete la pata monetarista de la BEA y nos recuerda el rol de la política monetaria como centro de todo: si la tasa de interés real es taaan negativa, los precios, van a ajustar. Y si no le creemos, nos recuerda su historia monetaria de Argentina de cuando era un maldito más.

Finalmente, el silencioso y multifacético ELY destruye todo el centro del debate ya que parece le tiene fobia a la idea de que exista algo así como un “TCR de equilibrio”, cuyas propiedades analíticas y/o estadísticas son imposibles de evaluar ante tanto cambio estructural por lo que todo este provinciano debate es carente de sentido. Y junto con este explosivo comentario dominical se despacha con la siguiente pregunta fundamental:

(…) todo esto no es para zafar de responderte (no exclusivamente, al menos) sino para ordenarme un poco esta discusión necesaria e inminente: cuanto mas se banca este modelo de crecimiento con inflación (…)?

Que en realidad me llevó a pensar no tanto en tipos de cambios reales y demáses, sino más limitadamente a cierto argumento de que para crecer es necesario tener inflación. Entiendo yo que de algún modo u otro si se piensa esto, se piensa que existe una correlación positiva entre crecimiento de los precios y crecimiento real del producto. Un pantallazo visual y muy superficial parece ““confirmar”” esta postura (tomamos el promedio de ambas variables para el período 2003-2009 para un total de 189 países):
Nos damos cuenta muy rápido que un grafo como el anterior carece de sentido estadísticos y poco nos puede decir. Para ver si podemos profundizar un poco más la correlación hicimos lo siguiente: Se armó un ranking que ordene los países desde el de mayor inflación hasta el de menor y otro que los orden de igual modo pero en términos de crecimiento. Gráficamente, si existe alguna asociación entre ambas variables los países deberían ubicarse pegaditos en la línea de 45º (o por ahí) ya que su posición en ambos rankings debería ser aproximadamente similar:
Nada! O quizás mucho!. Tenemos que para el promedio desde 2003 hasta 2009, Argentina (cuadradito azul en el grafo anterior) se ubicó novena en el ranking de inflación, solo superada por (en orden): Zimbabwe, Irak, Venezuela, Congo, Santo Tomé y Príncipe, Guinea, Etiopía y Myanmar. Por otro lado, en términos de crecimiento ocupó el lugar número 35 y solo tres de los países con más inflación crecieron más, lo que implica que tenemos en el total del mundo 32 países que crecieron más que argentina en los últimos 6 años con menos inflación.

Claro, tomar todo el mundo puede ser un tanto fuerte. Las realidades pueden ser muy complejas y diversas: por ejemplo, Zimbabwe tuvo la mayor inflación promedio (+26,5% promedio por año) y el menor crecimiento (bah, este fue negativo -5,5% anual promedio por año).

Tomemos entonces una muestra sólo con países que hayan creciendo entre 4,5% y 8,5% en promedio durante estos años de modo de cortar extremos voladores y países desarrollados que quitan información. Nos quedamos así, solo con 67 países:
Para este caso, hasta la correlación visual desaparece. Argentina es el 4º país en términos de inflación. Sólo Venezuela tiene más inflación y crecimiento. El 40% de los países que componen esta muestra tienen más crecimiento y menos inflación. Si en 2010 la inflación se ubica cerca del 25% anual seremos el segundo con mayor inflación del globo. STOP.

¿Es verdad que somos tan especiales, distintos y únicos que si queremos crecer y desarrollarnos, tenemos que también aceptar las tasas de inflación más altas del mundo?. O dicho en otros términos, ¿somos el único país que descubrió los beneficios de la inflación? ¿porqué otros crecen más con menos inflación? ¿es racional tener de las mayores inflaciones del globo?

No sé, pero no creo que seamos tan especiales.

Saludos

PD: En realidad, seguimos discutiendo sobre el TCR. Veamos sino como cerraba la pregunta ELY: “(…) alternativamente, cuanta mas apreciación se banca el país?”. Suena a quimera tener un TCR competitivo y estable con la segunda inflación del mundo, que a efectos prácticos y con tipos de cambio estables, implica que nos estamos apreciando contra todo, pero todo el mundo, menos Venezuela.

PD: Fuera de agenda. ¿Este no tendrá ganas de entrar en la BEA?.

viernes, abril 16, 2010

Trivia devaluatoria

Claramente este no es un post para viernes a la mañana, pero genérico canto pri el post del próximo lunes así que, nobleza obliga, encaro el post sabiendo que será de corta data (un viernes y el finde).

El debate iniciado por Genérico ha tomado vuelo propio, con respuesta de Lucas, de este servidor,  del Profe y del 0,33%. ELY aún se mantiene en silencio, pero algunos dicen que está tomando envión nomás.

Algunas afirmaciones sobre las que creo estaríamos más o menos de acuerdo
1) Un TCR Real alto, si tiene impactos inflacionarios, es a través de su impacto nivel de actividad (sobre el impacto del TCN en la inflación no se ha hablado).
2) Si existe un impacto expansivo de un TCR real alto sobre el nivel de actividad, este necesariamente tiene un límite. Eventualmente la expansividad será absorbida por los precios.
3) El TCR real alto es técnicamente sostenible en el tiempo, a partir de un mix determinado de política fiscal-TCR

Olivera incorpora al debate una pata adicional: El potencial impacto positivo de una política de tipo de cambio real alto en el sendero de desarrollo. No pretendo hacer un análisis sobre ello sino simplemente plantear un interrogante. Al que dé la primera respuesta convincente, una foto autografiada de Genérico estrenando la temporada de mallas primavera verano 2010.

Imaginemos a la economía cerca de su equilibrio, donde equilibrio debe entenderse como lo planteó Lucas. Esto es, el punto del mercado de trabajo y/o del nivel de producto tal que cualquier intento de expansión se traslada principalmente a salarios y/o precios y no al nivel de empleo/producto. El mix de política fiscal y cambiaria es tal que no hay presiones expansivas y no hay proceso inflacionario ni componentes inerciales.

Posiblemente cerca de ese punto se encontraba la economía argentina en 2007

En ese punto, el gobierno realiza una corrección al alza del TCR que luego es compensada perfectamente con la política fiscal, evitando el efecto expansivo que simplemente afectaría el nivel de precios arrastrando al TCR a su nivel previo (con una dinámica como la explicada por Rollo). De manera persistente el TCR se mantiene en un nivel más alto.

En términos esquemáticos, se induce un movimiento desde el punto A al B en el siguiente gráfico.

La pregunta es ¿Cuáles son los canales a través de los cuales el nuevo precio relativo y la nueva posición de la economía impulsa el desarrollo económico?

Recuerden, ese canal no puede ser expansivo porque, por definición del problema, todo impulso expansivo se traslada a precios.

Me anticipo mencionando algunos canales

1) Externalidades: Un argumento, defendido por Dani Rodrick, es que la suba del TCR impulsa el desarrollo porque beneficia a las actividades transables respecto a las no transables, donde aquellas son mejores que estas. La explicación de porque las actividades transables son mejores que las no transables se centra en el supuesto de que generan más externalidades sobre la economía. Nunca leí una explicación convincente de porque esto es así.

2) Ahorro: Un segundo argumento es que la suba del TCR incrementa el ahorro agregado y, desde allí la inversión y el sendero de crecimiento. Entiendo que el mecanismo que afecta la tasa de ahorro es de espíritu kaldoreano, esto es, afecta la distribución del ingreso y la riqueza. Si este efecto sobre el ahorro efectivamente existe, y el canal es el distributivo, permítanme meter al debate todo lo mencionado al respecto en este post de Enero

3) Balance comercial: El tercero, en el cual posiblemente resida la respuesta, es el impacto que un TCR más elevado tiene sobre el balance comercial. La persistencia de resultados positivos aleja el fantasma de las crisis de balance de balance de pagos y permite la construcción de colchones anticiclicos. La menor incertidumbre macroeconómica no puede sino tener impactos positivos sobre el sendero de desarrollo. Al respecto:

a. La persistencia de influjo de dólares ejerce presión sobre la política monetaria, que está ocupada sosteniendo el tipo de cambio. El nunca bien ponderado "Trílema monetario". Muchos objetivos, pocas herramientas.

b. En varias oportunidades desde aquí relativicé la elasticidad del balance comercial al TCR. Si bien no niego  que el canal (sube TCR) -> (sube resultado comercial) existe, creo que su intensidad está completamente sobreestimada. Más sobre esto en posts futuros.

Entonces ¿Cuáles son los canales a través de los cuales el nuevo precio relativo impulsa el desarrollo económico? Recuerden, no vale ningún canal que actué a través de la expansión de la actividad porque está descartado por hipótesis.

Atte

Ele

lunes, abril 12, 2010

Trabajando sobre el Manual

Refunfuñando y a regañadientes, Rollo contesta el desafio planteado por el colega, amigo y coblogger Genérico en este post ¿Cuáles es el canal que hace que funciones el modelo Rolleano , según el cual la inflación y el nivel de actividad dependen, en última instancia, casi exclusivamente del Tipo de Cambio Real “de equilibrio”?

Nadie mejor que el propio Rollo para explicarlo. Sin embargo, permítanme hacer una breve interpretación que me permitirá organizar la rerespuesta.

La suba del TCR por encima de su equilibrio genera una onda expansiva sobre el nivel de actividad. La onda expansiva llega por el mercado de trabajo. A un nivel dado de productividad (alrededor del cual se mueve el TCR de equilibrio) y al salario nominal previo a la suba del TCR, al productor de transables le conviene contratar gente. Esto, con desempleo, se convierte en una suba en el nivel de empleo y actividad. A medida que el mercado laboral se va cerrando, la presión alcista se convierte en subas salariales y no en nuevas contrataciones. Eventualmente los salarios empujan el TCR al de de equilibrio y los incentivos a contratar gente desaparecen y con ellos la presión expansiva. Adicionalmente, Rollo incorpora una dinámica inercial al modelo. No es lo mismo llegar al TCR de equilibrio con inflación de 20% y dólar a 3 que con inflación de 5% y dólar a 2.

Stop

Cualquiera que haya tomado un curso introductorio de macroeconomía reconocerá en el modelo de Rollo un IS-LM con precios flexibles, en el que la IS está dominada por el TCR y la oferta agregada se mueve con una Curva de Phillips ampliada por algún componente inercial. El siguiente gráfico, que no explico para ahorrar espacio, describe su esencia.

Algunos comentarios al respecto.

Onda expansiva: Rollo asume el carácter expansivo de un TCR por encima del equilibrio. Cómo la tradición estructuralista sostuviera durante añares (y como desde ESC planteáramos acá y acá) no es obvio que, urbi et orbi, la suba del tipo de cambio sea expansiva. Por cada productor de transables que se beneficia con un dólar más alto hay uno de no transables que se perjudica al ver encarecer sus insumos. ¿Qué efecto prevalece? La respuesta a priori no es evidente.

Asimismo, existe un canal distributivo de espíritu más kaleckiano que puede anular el efecto expansivo sobre los transables. El impacto regresivo de la suba del TCR (en particular por la licuación de los salarios reales) puede incrementar la tasa de ahorro agregada actuando contractivamente sobre la actividad. Personalmente creo que es este el canal de trasmisión más importante de la política cambiara que, según el contexto, puede ser expansivo o contractivo.

Hay que hacer las cuentas, lo que es seguro es que la onda expansiva no está garantizada.

El TCR no está sólo: Si el tipo de cambio afecta los precios a través de su impacto sobre el mercado de trabajo y el nivel de actividad ¿Por qué ignorar a las otras políticas macroeconómicas que afectan la demanda agregada?

En el caso de la política monetaria la respuesta es sabida. Rollo (como Genérico) desconfían del funcionamiento de los canales monetarios tradicionales. Yo, en cambio, soy algo menos escéptico a partir de tres fenómenos en los últimos años: (a) la remonetización via redescuentos de los primeros años de la posconvertibilidad, que evito el colapso del sistema financiero (b) el exponencial crecimiento de la construcción, pooles de siembra y fideicomisos de diversos colores. Cuando la política monetaria reduce las alternativas de inversión, estás tienden a volcarse a la actividad real y (c) los LCD a 50 cuotas sin interés en Fravega.

Dejemos de lado el debate por la política monetaria. ¿Y la política fiscal?

No termino de entender porque Rollo, que ha criticado con saña la equivalencia ricardiana y la neutralidad fiscal en el debate sobre el estimulo fiscal norteamericano se niega a darle la importancia que merece en el debate autóctono.

Si la política fiscal efectivamente afecta por algún canal a la demanda agregada, entonces, para cada nivel de tipo de cambio real, existe una determinada política fiscal, ridículamente contractiva o ridículamente expansiva, que compense el efecto del TCR sobre la actividad. El mecanismo es simple, a través de gasto e impuestos el gobierno puede anular el incentivo positivo (que bajo ciertas condiciones es inflacionario) que el TCR tiene sobre el productor transable.

Dicho de otra manera, el modelo Kirchnerista de Tipo de cambio de 2003-2006 era sostenible en el tiempo, pero a costa de salud, educación, jubilaciones, gasto social, infraestructura, etc. Cuando tuvo que elegir, el gobierno no optó por ninguno. Las consecuencias inflacionarias están a la vista. Yo, por mi parte, compraba para 2003-2006 un modelo con TCR más bajo y menores exigencias fiscales. pero bueno, son elecciones.


Dejo en el tintero para próximos posts debates paralelos como si la política fiscal que vuelve no inflacionario un determinado TCR es sostenible en el tiempo, si puede asociarse linealmente salario de equilibrio con productividad media o cuáles son los mecanismos que vuelven inercial al proceso inflacionario.

Por el momento, sin mas, saluda atte.

Ele

miércoles, abril 07, 2010

La Insoportable Levedad del RER

La mayor parte de los que somos parte de la BEA tenemos nuestros fetiches. Son esos temas sobre los que escribimos una y otra vez, casi, hasta el aburrimiento. Tómese por caso a nuestro amigo Lucas. Creo que desde que leo La Ciencia Maldita, insiste con persistente tozudez que la veiti-única causa del proceso inflacionario de nuestro país es la estrategia cambiaria. Nada más. Nada de nada. Eso, sólo eso.

El argumento puede ser más complejo ó brutalmente simple, pero siempre retiene lo más bello en lo esencial: fijar el tipo de cambio en los niveles a los cuáles se los planchó en 2003/4 no podía generar otra cosa que la tasa de inflación que observamos en nuestros días. Además, al dejar tan "desequilibrado" el tipo de cambio real, el aumento de precios que corrigiera ese desalineamiento impulsaría una dinámica de precios y salarios que daría paso al nacimiento de cierta inercia, bicho que una vez nacido aceleraría el cierre de la brecha.

Demos uno de los tantos (muchos, demasiados, excesivos) ejemplos Rollianos sobre esto: dado el nivel de nuestra productividad, los precios relativos de argentina eran muy bajos. De allí, simplemente, parece deducirse lo inexorable: No existe ninguna otra explicación (además de la inercia) para el proceso inflacionario actual que el nivel de tipo de cambio inicial de 2003.

A pesar de haber leído todos y cada uno de los posts al respecto… la verdad que el argumento no me cierra. Por varios motivos. Mencionemos los primeros que vienen a mi mente:

1. No hay ninguna racionalización explícita de porque efectivamente aumentan los precios. Dicho de otro modo: oka, post convertibilidad los salarios en dólares quedaron planchados, y muy por debajo de los niveles de productividad, pero ¿porqué deberían efectivamente moverse los precios? ¿cuál es el mecanismo? ¿alquimias del tipo P=EP*? ¿o qué? (y claramente para Lucas, no es la emisión asociada a la política de tipo de cambio la que genera esta dinámica)

2. Pasemos de largo (y no tanto) el punto 1. Dado el tipo de cambio y el nivel de productividad, los precios deben aumentar y así lo harán. Pero, ¿a qué velocidad?. Citemos por enésima vez al profesor Heymann: “la inflación es siempre del 5%, eso no es problema. El problema es en que período”. Nada de la teoría de Rollo explica porque la inflación en un año puede ser del 5%, 10% ó 15%. Sólo sabemos (¿?) que va a haber aumento de precios.

3. De lo anterior es bastante trivial deducir que aún si los precios debían aumentar, digamos, un 100%, no es lo mismo que lo hagan en 1 año, en 5 años ó en 10 años. Siguiendo al pie de la letra su “teoría” podríamos haber llegado a la línea de tendencia de la regresión con una inflación anual del 5% distribuida en muchos otros años (notemos además que si el tipo de cambio real tiene algún efecto positivo sobre el crecimiento, este tipo de "convergencia" asegura varios años de expansión en el producto).

4. Si no sabemos porque aumentan efectivamente los precios, ni a que velocidad lo harán, poco o más bien nada podemos realmente decir sobre la actual dinámica de los mismo y sobre como se interviene sobre ellos.

5. Tampoco, esta formulación nos explica porque en 2009 los precios desaceleración su ritmo de crecimiento respecto de 2007-2008. Esto es, sí debíamos inexorablemente cerrar la brecha entre productividad y salarios en exactamente 7 años, ¿estaba predicha la desaceleración del año pasado?.
Así parece que Lucas llega a una sorprendente conclusión: el único "instrumento" de política económica, válido para todo fin (crecimiento, inflación, empleo, desarrollo, etc) es el valor del tipo de cambio. Y la mejor política, sino la única, es dejarlo flotar.

Quizás porque nunca leí este libro (que jamás me llego), pero esta "teoría" que no me dice el como, el cuando, el porque, el donde me suena a poco.

Saludos,
Genérico

martes, abril 06, 2010

Pago por ver

Entrevista imaginaria de algún programa político de cable. Periodista y funcionario de primera linea comparten la pantalla.

Periodista: Estimado {inserte Funcionario de primera linea aquí}. Hay quienes opinan que el proceso inflacionario se debe al desmanejo que el gobierno ha hecho de la política macroeconómica ¿Usted qué opina?

Funcionario de primera linea: Pero no, mi querido {Inserte periodista}, eso es un error garrafal. El gobierno no tiene nada que ver con los incrementos de precios - se acomoda en la silla y aclara la garganta - Lo que pasa es que hay una cultura del aprovechamiento en Argentina. Lo que tenemos son grupos concentrados, empresarios, que suben sus precios aprovechando que la economía ha vuelto a crecer. Son ellos los responsables de las subas de precios de los últimos tiempos ¿Cómo pueden culparnos de eso a nosostros?

Periodista: Muy interesante ¿Y sobre la evolución del empleo cual es su opinión?

Funcionario de primera linea: Muy buena pregunta, {Inserte periodista}. Desde 2003 el gobierno ha creado 5.000.000 de puestos de trabajo......

Periodista: ....Ejem - Interrumpe - ¿Dijo el gobierno? ¿Y los empresarios?...

Primer plano a la cara del funcionario.

¿Qué constesta?

lunes, abril 05, 2010

¿Cuál es la definición de la locura?

En un mundo cuya principal preocupación nominal es la deflación – esto es, la caída del nivel general de precios – Argentina brilla al escaparle a la regla y tener instalado en la agenda los impactos que la inflación tiene sobre la economía y la sociedad.

El impacto más mencionado es el redistributivo. La inflación implica transferencias de stocks y flujos de recursos regresiva. Esto es, el impacto negativo sobre un segmento de la población es inversamente proporcional a su capacidad de indexar su fuente de ingresos y su riqueza o, dicho más simplificado, la inflación afecta más a los pobres que a los ricos.

Ahora bien ¿Cuál fue la magnitud del impacto regresivo de la duplicación de precios del último lustro? Indekgate mediante, nadie lo sabe, ni siquiera el gobierno.

Mi sensación general es que, si bien la tendencia al deterioro de los indicadores sociales es unidireccional, el impacto negativo no ha sido todavía demasiado importante. Las mediciones “informales” de pobreza, indigencia o distribución del ingreso muestran que, en 2010 y tras otra media década perdida, Argentina presenta un patrón similar al de 2006.

El factor principal que contuvo el empeoramiento de la situación social desde 2007 ha sido la política social del kirchnerismo. En particular la moratoria previsional de fines de 2006 y la asignación universal de 2009 explican, en conjunto, una reducción de la pobreza de entre 3.5% y 4,0%.

Este resultado positivo de la política social, sin embargo, debe ser interpretado con precaución. El kirchnerismo cambió un “modelo 2003-2007” con resultados sociales positivos endógenos (con bemoles que ya hemos mencionado varias veces pero que no vienen al caso) por uno versión 2010 que tan solo evita el deterioro a través de una dinámica fiscal riesgosa. Estos riesgos, como decíamos acá, surgen no sólo de su prociclicidad sino de la debilidad de sus fuentes de financiamiento.

Viendo hacia adelante, el segundo modelo K no parece haber alcanzado su límite. El canje de deuda que se acerca, y la probable apertura a nuevas fuentes de financiamiento en los mercados financieros darán oxigeno a las agotadas arcas fiscales. Aunque comprando un problema a futuro, es posible que el gobierno logre contener el deterioro social hasta los comicios del año que viene. (nota al pie: en este contexto, la necesidad de la oposición de rever sus estrategias discursivas es urgente)

Entonces, el hecho de que no haya impacto social tangibles ¿Implica que la inflación no es un problema?

No. Claro que no. Obviamente que no. La historia inflacionaria argentina nos obliga a ser responsables y a mofarnos, por irrisorios, de argumentos del tipo “Argentina puede tolerar una tasa estable de inflación de entre 10%/20% si con ello sostiene el crecimiento” (como si existiera algo así como una tasa estable de inflación de 10%/20%). De no controlarse, Una inflación ascendente con un piso del 20% como la actual tendrá inevitablemente un impacto negativo en las tasas de crecimiento de mediano plazo (y con ello en las situación social de la Argentina de 2015).

Las razones son múltiples y conocidas. Entre otras:

La inflación deteriora, una vez que la población incorporó la indexación, a las cuentas fiscales y con ello a la capacidad de sostener un estado de bienestar. El famoso “Efecto Olivera-Tanzi” según el cual el gasto público tiende a ajustarse más rápido que los ingresos fiscales (que se miden sobre una transacción hecha con un nivel de precios menor).

La inflación valoriza las actividades de apropiación de rentas y con ello el lobby estéril. En un contexto inflacionario, el que no se prende en la rosca, pierde. Prenderse en la rosca, obviamente, implica recursos y tiempo o, como diría De Pablo, implica que el sector privado este ocupado y no trabajando. La inflación nos obliga a estar preocupados por la inflación. A estar hablando de inflación y debatiendo sobre la inflación.

La inflación agrega un factor de incertidumbre a cualquier decisión económica que implique un compromiso en el tiempo. La inflación viene con cambios constantes en los precios relativos y los precios relativos son el factor más importante en cualquier negocio. Se deteriora, así, la calidad y cantidad de la inversión

La inflación vuelve borrosa a la información, acortan la duración de los contratos e implica transferencias caprichosas de stocks entre acreedores y deudores, inviabilizando el sistema financiero.

La inflación impacta negativamente en la inserción comercial externa. En un mundo de Cadenas Globales de Valor (suficientemente distinto del de la década del 60 como para animarse a analogías simplificadoras), la incapacidad argentina de establecer contratos de mediano y largo plazo inevitablemente tendrá un impacto negativo (salvo, claro, en los mercados commodities donde los contratos no importan).

(¿Qué más? ¿Qué olvidé? invito en los comments a que me ayuden a completar la lista)

Y sobre todas las cosas, la inflación aburre, agota. Que a menos de 20 años de nuestra última hiperinflación haya espació para la duda respecto a sus potenciales daños pone en evidencia la pobre, pobrísima capacidad social que tenemos para aprender de nuestros errores

Sin más, saluda atte

Ele